La piel de nuestro rostro está constantemente expuesta a los agentes externos. El aire o los rayos solares inciden de forma continua sobre la piel de nuestro rostro y eso hace que sea necesario tener unos cuidados especiales sobre la misma para mantenerla en óptimas condiciones.
Mucha gente cree que para mantener la piel del rostro impecable es necesario invertir una gran cantidad de tiempo, pero lo cierto es que con tres sencillos pasos nuestro rostro puede lucir su mejor versión.
El primero de los cuidados básicos de la piel de nuestro rostro es la limpieza. Es importante limpiar nuestra piel tanto por la mañana como por la noche. Por la mañana preparamos nuestro rostro para aguantar el resto del día mientras que con el lavado de la noche eliminamos todas las impurezas y la suciedad que nuestro rostro ha ido acumulando durante el día. En el caso de pieles grasas o normales podemos usar jabones o geles adaptados a nuestro tipo de piel, pero en el caso de las pieles secas es mejor no usar agua y optar por otros productos como el agua micelar o las leches limpiadoras.
Una vez que la piel está limpia es hora de hidratar. Cada piel es distinta y a cada una le va mejor un tipo u otro de crema. Nosotros os recomendamos elegir siempre cremas que estén indicadas para vuestro tipo de piel y alternar el uso de dos cremas diferentes para que la piel del rostro no se acostumbre a ellas.
Por último no debemos olvidarnos del contorno de ojos. Esta piel es la más sensible dentro de nuestro rostro y merece un cuidado específico. Los contornos de ojos nos ayudan a evitar la aparición de arrugas de expresión y la sequedad que suele sufrir la piel de esta zona del rostro.
Con estos tres sencillos pasos y una correcta elección de los productos, nuestro rostro lucirá su mejor aspecto.
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