Nuestras manos y uñas dicen mucho de nosotros, por eso en nuestra rutina diaria de belleza no debemos olvidarnos de ellas. La piel de las manos está expuesta durante toda nuestra vida a un gran número de inclemencias, lo que hace que la piel de esta zona sea especialmente sensible.
Sabemos que el lavado de manos es una norma de higiene básica. Tocamos todo lo que está a nuestro alrededor y todo ello va dejando residuos en nuestras manos, por eso es imprescindible que las lavemos varias veces al día, especialmente antes de cocinar y/o comer.
El constante uso de jabón puede dañar nuestras manos así que lo mejor es optar por un jabón de manos neutro. Tras el lavado debemos asegurarnos de secar bien las manos, insistiendo en la zona entre los dedos para evitar que se acumule la humedad.
Para mantener la hidratación de las manos es necesario aplicar una crema hidratante específica para las manos al menos un par de veces al día.
Los productos abrasivos son un gran enemigo de nuestras manos y uñas ya que las debilitan. Para evitar el contacto directo con este tipo de productos es recomendable usar guantes de goma o de látex al realizar las tareas domésticas.
La piel de las manos es muy sensible y es una de las que más acusa el paso del tiempo, siendo frecuente que aparezcan manchas causadas por el sol. Para evitar en la medida de lo posible la aparición de este tipo de manchas, no hay que olvidarse de usar protección solar también en las manos.
A esta rutina diaria de cuidado es recomendable unir una rutina semanal de peeling. Con un exfoliante especialmente diseñado para manos o con un exfoliante corporal podrás eliminar las células muertas y tu piel lucirá mejor aspecto de manera inmediata.